jueves, 10 de marzo de 2011

El terror

La época del terror ya pasó y sus muertos quedaron en la memoria de muchos,pero no en la memoria colectiva de todos los colombianos.

Hoy, después de que ellos lucharon por un país mejor, que de verdad mostraron todo lo que tenían, nosotros, las nuevas generaciones, le tenemos miedo a la libertad y preferimos la comodidad del silencio.

Silencio que después de 21 años, cuando denunciar se encuentra asequible a la mayoría de periodistas, es un descanso.Preferimos transmitir el lado bueno de la vida.

En una rueda de prensa Maria Jimenza Duzán, decía que las noticias no son buenas o malas, que sonlos lectores los encargados de juzgarlas; pero en la actualidad, son pocos (más bien los de la vieja casta) los que le ofrecen al pueblo, el material para que juzgue y tome posiciones. EL resto claramente podemos ser un cuerpo lindo con más voz y presencia que cerebro.

Sus muertes fueron inútiles, porque nadie, hoy en día quiere seguir los ejemplos de un Galán, de un Guillermo Cano, un Orlando Sierra o Lara Bonilla. Ya no hay más partidos como la UP...

Ya no hay ni la resaca de los grandes.

jueves, 3 de marzo de 2011

Darle paso a la vergüenza


Nadie quiere dejar en libertad el sentimiento de la vergüenza, debe ser por eso, porque es una emoción indeseable, indomable y otras tantas cosas más...

Por vergüenza se aceptan compromisos, se niegan delitos, se ocultan cosas y se corrigen errores; si a Colombia le dieran más vergüenza que 'malicia indigena' los delincuentes a los que se les tapa la cara, se les protege de agresiones e incluso se les cambia el nombre, también se les dejara sentir vergüenza pública, aprenderían más rápido la lección.

Pero No, en vez de eso, quién los arresta no sabe ni su nombre, quién lo juzga es alguien ajeno a su vida, y cuando sale en público la cara se le tapa; porque ellos tienen derechos.

Derechos a qué? a matar, a violar, a robar y a ser respetados por todos. ¿Sus verdugos tuvieron derechos, tuvieorn derecho a la vida a la integridad?.

Por falta de vergüenza, entre mcuhos sentimientos más, los delincuentes siguen esperando la hora de salir a delinquir.

martes, 1 de marzo de 2011

Hoy

Hoy fue un día agitado, entre la felicidad que corría por los pasillos y parecía apaciguar el estrés de la jornada, el dolor de saber que se puede perder a alguien en tan sólo una risa y el miedo, sí, el miedo.

El problema es que el miedo no corría por los pasillos, sino que penetraba en el alma y hacía que en el instante justo en que se daba el crepúsculo, la nostalgia apareciera en su lugar.

Hoy fue un día calmado, sin clase, con mucha gente y poco pensar. No hubo conversaciones serias más allá del susurro y los chismes de pasillo. Pero entre tantos chismes, nadie susurraba el nombre anhelado, nadie veía al muerto.

Hoy fue un día más de vida, que no se les permitió a los agonizantes, tampoco a aquellos que andan de vida en vida buscando la más cómoda.

Hoy, este hoy eterno que siempre viene con alguan nueva sensación, no será más que la antesala del mañana que traerá otras cosas