jueves, 31 de mayo de 2012

Alicia

Destrozaron a Alicia, primero, antes de matarla, la sedujeron con besos; la abrazaron, e incluso de la manera mas sutil, le hicieron el amor en la cama de una cabaña lejana. Luego, cuando el orgasmo había muerto y el sueño se hizo presente, él la despertó con caricias que desembocaron en un eterno masturbar.  Así pasó la noche entera, mientras Alicia creía que en la eternidad del amar.

En la mañana empezaron las torturas. Su nombre según él, era otro. ya no era Alicia, ahora era un fantasma de su pasado. Ahora, eran amores pasados que él aún no había enterrado. La llamó una y mil veces, luego remedió sus errores con una ruana.

Siguió adelante a pesar de tanto gris y cuando las cosas parecían en un buen punto; Alicia se volvió su títere. Un día la manejaba, otro día la tiraba y así esta muñeca sin dueño fue olvidada, destrozada y tirada.

sábado, 21 de enero de 2012

Regalemos flores a la mujer que nos parió

Cerca estaba mi abuelo de cumplir 3 meses de muerto, cuando me di cuenta que mamá había muerto. Recuerdo que la última expresión humana, fue un gemido por el teléfono, en ese momento hubo un silencio largo: no dijimos más, supe en ese momento que sólo quedaba su cuerpo.

Hace menos de cinco días que ella ya no está aquí y hace cinco años que de mi papá sólo quedan recuerdos. Ahora a vísperas de mi cumpleaños se me ocurre que podría darle flores a la tumba de su cuerpo, después de todo sin ella hubiera sido imposible nacer.

Regalemosle flores a la mujer que nos parió el día que nuestros amigos celebran lo que se conoce como el cumpleaños. Digamosle que después de todo es una fecha especial, muerta o viva sirvió como puente para poder nacer.


jueves, 19 de enero de 2012

Cómo llenar el vacío

Por mucho que duela aceptar que no está, el primer paso es entenderlo, después cuando la agonía de los días se vuelva más densa y las alucinaciones o los sueños sean cada vez más constantes, toca acudir a los recuerdos, sí, esos recuerdos que tantas lagrimas sacan al viento y tantas maldiciones merecen en un momento dado.

Después de las fotos, las cartas que, puede, nunca existieron, los planes del futuro o los mismos placeres cotidianos de levantarse un domingo muy temprano con el sonido de los boleros; el vacío se mengua, porque esos mismos recuerdos que tantas lagrimas sacan, hacen que la aceptación del ser que ya no existe en la vida actual, sea mas llevadera.

Sólo basta con sentir las manos suaves que rozaban la piel o las caricias inocentes y tiernas que alguna vez pasaron por el rostro, sí el mismo rostro que ahora se desfigura y se preocupa por no saber cómo llenar el vacío.