La otra noche, alguien exclamaba sentirse libre, como si algún ser humano pudiera pedir liberación y por un arte, divino quizás, esta fuese otorgada. Como si la libertad fuera algo mas que una palabra de esas que la revolución francesa dejó de recuerdo.
Libertad! que lindo suena, cuánto la pidieron nuestros ancestros, quienes hoy estarían revolcándose de ver como el mundo moderno se ata a las tecnologías y los placeres mientras proclama libertad por el hecho de poder gritar lo que quiere a quien quiere; sería igual pensar que las denuncias se pueden hacer públicas sin necesidad de pedir protección.
Pero para quienes pretenden seguir esperando a que la ansiada libertad llegue por manos de otros, quienes no se dan cuenta del error y la trampa de una palabra tan utópica, les queda la esperanza de ser libres de ellos mismos que se ponen las ataduras
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