jueves, 25 de marzo de 2010

La Lola


Tendida en el sofá esperaba instrucciones de aquel que no le importaban sus decisiones.Sabía que debía rebelarse, buscar, correr; pero la figura de represión era más grande y en ocasiones parecía omnisciente.

Lola la que tantas veces había planeado su futuro ahora estaba sentada en aquel sofá esperando órdenes, esperando que alguien controlara una vida en la que sólo buscaba la libertad de la que le habían hablado desde que tenía 5 años, pero que al cumplir los 30 todo se convirtió en una conversación utópica, porque para aquel entonces ya no existía el sol, la playa, el viento en el rostro o las horas desperdiciadas en un pastal. Quedaba por supuesto el buen cigarrillo y si alcanzaba el dinero o las enfermedades la dejaban, un buen trago.

Las noches se hacían eternas y llenas de llanto y los días consistían en el mismo sofá que la esperaba todos los días además de un celular que solía controlarla.

Y es que la lola de las canciones sólo hacía parte de un mundo que ella estaba lejos de alcanzar…

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